lunes, 10 de mayo de 2010

BARAKA - "ALIENTO DE VIDA"

En los últimos meses hemos asistido a la producción de diferentes documentales y películas, como la infumable "2012" del director Roland Emmerich e interpretada por John Cusack, referidos a una supuesta serie de catástrofes que provocarán el fin del mundo o al menos unos cambios de proporciones apocalípticas. En diversas tradiciones de culturas antiguas, como la maya o la hopi se indica que dicho año, más concretamente el 21 de diciembre, marcará un punto de inflexión, el final de una era. Mi abuelo paterno decía que el fin del mundo sólo llega para el que se muere, y yo creo que entretanto llega ese momento, podemos aprovechar y disfrutar de obras de arte como la película Baraka de Ron Fricke. Este tipo inició su andadura como fotógrafo en la primera película de la trilogía Qatsi de Godfrey Reggio, son películas documentales que unen exclusivamente imagen y música, aparentemente de forma casual (y gracias a la música minimalista de Philip Glass, de forma deliberadamente irritante).
Qatsi significa "vida" en la lengua hopi (de los nativos americanos), y la idea de las películas de Reggio es transmitir cómo la civilización que "disfrutamos" ahora altera continuamente el equilibrio con el medio ambiente.
Lo que nos encontramos con Baraka es un documental más ambicioso y, si se quiere, más "comercial" (dado todo lo comercial que puede ser un documental de 100 minutos en el que no se dice una palabra), se establece una línea argumental (la evolución de la Tierra y de la humanidad, la aparente fragilidad de la especie humana en contraste con las obras que ha realizado...) y la música de Michael Stearns constituye el complemento perfecto a cada una de las maravillosas imágenes que desfilan por nuestros ojos, ofreciéndonos una experiencia que en muchas ocasiones incluso parece que trasciende los sentidos de la vista y el oído.
En definitiva, Baraka representa la memoria y el legado de nuestro pequeño planeta y de los 6000 millones de seres que con mejor o peor suerte aún cabemos en él...

P.D.: Se me ocurre que la idea del fin del mundo no estaría mal para Roland Emmerich...

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